Intuitivamente se tiende a pensar que el control del ruido de cualquier actividad o instalación se basa en un buen aislamiento acústico, pero la realidad es que probablemente eso sólo solucionaría parte – o nada – del problema. No son pocas las ocasiones en que el ruido estructural es más importante que la transmisión aérea.

En efecto, el ruido de instalaciones suele tener una componente más relacionada con las vibraciones que transmiten a la estructura del edificio que al propio ruido que éstas hacen. Ascensores, grupos de presión, puertas automáticas, extractores… son típicos ejemplos de equipamientos que emitiendo un bajo ruido aéreo suelen ser causa de graves molestias.

Para estos casos unos amortiguadores acústicos adecuados – en general, sistemas antivibratorios – serán la solución más sencilla y barata, siempre que se instalen antes de que se origine el problema. A posteriori habrá que lidiar con unos costes de mano de obra bastante más abultados.

1.    Eligiendo el amortiguador acústico adecuado

Elegir un amortiguador acústico - NoisessLa función de los amortiguadores acústicos es impedir – o al menos mitigar – que las vibraciones se transmitan y propaguen por la estructura del edificio, ya que finalmente se percibirán como un ruido en puntos no necesariamente cercanos a la instalación origen.

Pero no vale cualquier amortiguador: en el mercado encontramos elastómetros, apoyos de caucho o goma, sistemas de muelles o combinaciones de los anteriores, además de distintas capacidades de carga de trabajo.

Los elementos antivibratorios deben seleccionarse en función del peso que deberán soportar y del régimen de funcionamiento (r.p.m.), o frecuencia de excitación (f) de la maquinaria que van a sujetar. A partir de estos datos buscaremos un amortiguador que proporcione un aislamiento suficiente, medido como un factor de transmisibilidad (T) o la relación entre la fuerza de excitación y la fuerza realmente transmitida. El valor objetivo de T suele ser inferior al 10%, en función de la frecuencia natural (f0) del sistema para un peso dado – depende de la rigidez del aislador –, así como del factor de amortiguamiento (ζ) del material. Los fabricantes facilitan toda la información necesaria en sus catálogos de producto.

Es más, una mala elección del aislador podría incluso empeorar el problema, provocando una amplificación de la vibración transmitida o, en el peor de los casos, una resonancia:

Comportamiento sistema masa-muelle

La figura representa el comportamiento típico de un sistema masa – muelle en función de la relación entre la frecuencia de excitación (f) y la frecuencia natural (f0):

  • Si f / fo ≥ √2, se produciría una atenuación
  • Si f / fo<√2 , se produciría una amplificación
  • Si f=fo, se produciría una resonancia. La amplitud del desplazamiento sólo estaría limitada por el amortiguamiento del sistema (ζ)

Para excitaciones de baja frecuencia suelen usarse muelles metálicos, mientras que los aisladores de goma o caucho suelen funcionar a frecuencias medias / altas. En la siguiente tabla pueden verse algunos ejemplos de distintos tipos de instalaciones y las características de los amortiguadores acústicos necesarios:

Ejemplos-amortiguadores

Ojo, no siempre el centro de gravedad de la instalación a aislar coincide con su centro geométrico. Tendremos que cuidar que cada soporte antivibratorio sea el adecuado para el peso unitario con que lo cargaremos.

2.    Uniones y puntos de contacto

Uniones elásticasEl tratamiento antivibratorio no se limita a la máquina en sí. Cualquier instalación se acopla a conductos, tuberías o cables, y éstos deben sujetarse – o atravesar – elementos constructivos del edificio. Por lo tanto, cualquier punto de unión puede ser un origen de transmisión.

Es una buena práctica tratar de mitigar la vibración inducida a las propias conducciones interponiendo manguitos elásticos o conectores flexibles entre éstas y las instalaciones. Además, debe evitarse cualquier conexión rígida en los puntos de unión, sujeción o contacto de éstas tuberías con muros, tabiques o forjados interponiendo bandas Bancada acústicaelásticas.

En conclusión, si una instalación – o cualquiera de sus partes – vibra, se termina traduciendo en ruido. Los amortiguadores acústicos son una solución, sabiendo escoger los apropiados.

Un control efectivo del ruido implica cuidar los detalles, no sólo abordar los problemas más evidentes.