Si habéis comprado recientemente un frigorífico, congelador, lavadora, lavavajillas o aspirador quizás os hayáis guiado por la etiqueta de eficiencia energética que estos productos deben exhibir para su venta en Europa.
Y aunque el principal foco del etiquetado está en facilitar información al consumidor sobre el consumo eléctrico relativo del aparato en cuestión, no es el único dato que se aporta: también figura, entre otros, su nivel de ruido en decibelios. Es más, algunos fabricantes tienen en esta característica su principal elemento diferenciador.
Ojo, no todos los decibelios son iguales. Sí, hablamos de ruido, pero no exactamente la cantidad que oiremos cuando nos llevemos el aparato a casa ¿Qué magnitud nos indica realmente la etiqueta?
1. Ruido normalizado de electrodomésticos
Si estuviéramos comparando coches quizás nos fijaríamos en el dato de consumo homologado, que se obtiene mediante pruebas en condiciones normalizadas – todos los fabricantes las deben seguir el mismo protocolo – y normalmente dan cifras bastante optimistas para lo que podremos conseguir nosotros en la realidad.
La homologación de la emisión de ruido de electrodomésticos es parecida: se fija un funcionamiento normalizado – por ejemplo, para aspiradoras se especifica el tipo de suelo o el número de pasadas que deben darse –, pero además hay que definir la unidad de medida. Insistimos, decibelios hay de muchos tipos.
Estas cuestiones se explican en los Reglamentos Delegados que complementan a la Directiva 2010/30/UE del Parlamento Europeo y del Consejo, que todos los Estados Miembros deben acatar y trasponer a su legislación local. Si leemos alguno de esos reglamentos observaremos que el término de ruido se expresa en decibelios de potencia (referidos a 1 pW), con ponderación A. Ojo, esto no es, directamente, lo que escucharíamos en casa.
La potencia acústica (Lw o PWL) es un dato unívoco – describe la fuente sonora –, pero la presión sonora (Lp o SPL) depende del entorno, de la distancia al foco, de su factor de directividad… en suma, la misma aspiradora no sonará igual si la encendemos dentro de una vivienda vacía que en el exterior.
Por eso existen normas para determinar la potencia acústica ponderada A (LWA) de aparatos a partir de mediciones de presión sonora, como por ejemplo la serie UNE-EN ISO 3740, que describe varios tipos de ensayo dependiendo de la precisión requerida y del entorno disponible.

UNE-EN ISO 3744:2010. Determinación de los niveles de potencia acústica de fuentes de ruido a partir de la presión acústica. Método de ingeniería para condiciones de campo libre sobre un plano reflectante.
Obviamente, el nivel de ruido emitido está directamente relacionado con el dato de potencia acústica. En definitiva, el índice de ruido de la etiqueta de eficiencia energética es una cifra que sirve para comparar y ayudarnos en nuestra decisión de compra, no un valor concreto que podríamos medir con un sonómetro en nuestra casa.
¿Sonará mucho? ¿Molestará? Eso es algo subjetivo, pero tened claro que vuestro concepto de silencio puede ser muy distinto al del vendedor.
Hola Moisés,
Muy interesante lo que ahí explicas.
Gracias por esas reflexiones, con referencias cientifico-técnicas.
Gracias por recordarnos a los ingenieros que nos dedicamos a otros menesteres, la defición de LwA, y su uso práctico
Me ha encantado recordarla.
Un saludo