La metodología clásica para realizar ensayos de aislamiento acústico a ruido aéreo entre locales es muy conocida y se encuentra plenamente implantada, tanto a nivel de requerimientos legales como en la propia industria de la acústica. Hablamos de la popular norma UNE-EN ISO 140-4, vigente desde abril de 1999. Más de quince años de validez de un método fiable y sencillo de implementar, aunque con algunas lagunas, al que le ha llegado la hora de la renovación.

Y es que tendremos ir acostumbrándonos a la nueva referencia, ya que recientemente – septiembre de 2014 – ha sido publicada la norma UNE-EN ISO 16283-1, que sustituye y deroga la citada 140-4. Y pronto les tocará el turno a los otros ilustres estándares de esta serie (aislamiento de fachadas y nivel de ruido de impactos).

Asumiendo que se conoce el método extinto (si no, esta guía visual es bastante intuitiva), ¿qué novedades hay? Sin entrar en muchos detalles, en este post desgranamos algunas claves.

1.   Medición de niveles sonoros

Aunque el instrumental básico necesario y la filosofía general del ensayo no cambia sustancialmente – se usan fuentes omnidireccionales típicas para generar un ruido rosa o blanco estacionario desde un recinto emisor, y sonómetros analizadores Tipo 1 EscaneadoManualpara medir niveles emitidos, recibidos, de fondo y tiempo de reverberación –, sí que se han añadido nuevas técnicas para registrar el nivel sonoro en los recintos implicados.

Si el recinto es grande (volumen de 25 m3 o más) su nivel de presión acústica (L) se puede obtener, respetando ciertas distancias a paredes, techo y suelo:

  • Promediando varias posiciones fijas de micrófono, con o sin operador.
  • Integrando durante 60 segundos el nivel de presión sonora con un micrófono giratorio en una posición fija
  • Usando escaneados manuales de 30 segundos, es decir, con el técnico de ensayo haciendo unas figuras con su brazo – cuidando que él mismo moviéndose no provoca ruido –.

Elegiremos la que más nos convenga, pero si hubiera dudas se preferirá que el operador no esté presente (posiciones fijas).

Ojo, habrá que obtener un índice de aislamiento (DnT ó R’W) para cada posición de fuente sonora independiente (m), y después combinarlos.

Indices-de-aislamiento

2.   Bajas frecuencias

esquinaMuy superficialmente, este sería el método por defecto para recintos grandes, que en el fondo difiere poco del ya conocido ISO 140-4.

¿Y si el volumen del recinto es inferior a 25 m3? Entonces, probablemente el campo sonoro interior no será difuso, ya que en habitaciones pequeñas suelen darse fenómenos de resonancia por modos propios por debajo de unos 300 Hz. En estos casos se realizarían medidas adicionales para obtener el nivel de presión en cuatro esquinas del recinto (Lesquina), en las bandas de 1/3 octava de 50, 63 y 80 Hz. Tomaremos el mayor nivel de presión sonora para cada banda, independientemente de la esquina donde lo hayamos registrado.

Finalmente, calcularemos el nivel de presión acústica de baja frecuencia promediado del recinto (LLF) combinando asimétricamente el nivel obtenido por el método por defecto (L) – es decir, en posiciones hacia el centro de la habitación – con el obtenido en las esquinas (Lesquina):

NivelesBF

Notad que si el recinto es grande no tendríamos por qué tomar medidas en bajas frecuencias, pero en típicos bloques de viviendas será una situación bastante habitual. Por lo tanto, una de las consecuencias directas es que nuestras fuentes sonoras deberán ser capaces de generar suficiente nivel sonoro desde 50 Hz en adelante, y no desde 100 Hz.

3.   Tiempo de reverberación

Además, como hasta ahora, tendremos que evaluar el tiempo de reverberación del receptor para poder calcular la diferencia de niveles estandarizada (DnT) o el índice de reducción sonora aparente (R’). De nuevo la clave está en si es un recinto grande, en el que las medidas se realizan según la UNE-EN ISO 3382-2 en tercios de octava – igual que en procedimiento ISO 140-4 – o si por el contrario es pequeño.

TR

En el segundo caso, que es el especial porque tendremos que considerar las bajas frecuencias, evaluaríamos tiempo de reverberación para la banda de octava de 63 Hz, usando ese dato como representativo de las bandas de tercio de octava de 50, 63 y 80 Hz. La razón está la escasa densidad de modos propios en estas frecuencias, que implica campos sonoros no difusos. Ampliando el ancho de banda se mitiga el efecto, consiguiendo caídas con mejor linealidad.

4. Conclusiones

La nueva norma UNE-EN ISO 16283-1:2014 supone un avance significativo respecto a la derogada UNE-EN ISO 140-4:1999, sobre todo porque con este método no necesitamos asegurar que el campo sonoro interior sea realmente difuso. Además, se nos da un procedimiento robusto para determinar aislamientos acústicos en bajas frecuencias, donde normalmente son más débiles (aunque hay que recordar que no intervienen en el algoritmo de cálculo de índices numéricos únicos según la norma UNE-EN ISO 717-1:2013).

A cambio, profesionales y administraciones tendremos que pasar por un proceso de adaptación, no sólo de nuestros procedimientos internos sino también de nuestras herramientas de trabajo. El instrumental de medida deberá funcionar en rangos espectrales más exigentes, y el software de procesado deberá contemplar todas las novedades de forma fiable y contrastada… y seguro que eso costará dinero. Se avecinan tiempos interesantes, compañeros.